Atrapadas en el olvido
Algunas historias
Nos Vemos
La vida, no siempre nos lleva por los caminos que soñamos, sino por los que elegimos. Y a veces nos condena a llegar hasta el umbral de nuestra vejez; donde nos consumimos al enfrentarnos a nuestro pasado, nuestros fantasmas y nuestros recuerdos. Porque nadie puede vencerle el pulso, a la venganza del tiempo.
OTOÑO
El viaje interior, es un viaje que ha de hacerse sin brújula, sin mapas, sin las estrellas de un firmamento que te guíen; es un viaje solitario, desconocido y apasionante hacia el mejor de los destinos, es un sueño del que hemos oído hablar y que resulta lejano, quizás difícil porque te hará cruzar todos los paisajes de la apasionante condición humana, algunos duros y difíciles, para alcanzar ese cruce de caminos entre la razón, el corazón y el alma.
SILENCIO
Fue entonces mi piel, como esa infinita delgada línea que separa el cielo y el mar, que en cada amanecer se prende en la pasión de un fuego que consume la noche.
Y me sigue estremeciendo cuando te vas, porque tu olor sigue prisionero, en la cárcel de mi deseo.
Tuve un corazón duro como un roble, pero me fui consumiendo en el fuego de una pasión a la que me entregué confiando que al igual que él, algún día no quedará de mí, más que las cenizas que arrastrarán los nómadas vientos de tu olvido.
El dolor de aquella inocencia, al quebrarse como un cristal sobre la piedra, fue tan inmenso que desató la tormenta que envenenó las almas de todo un pueblo y llegó a borrar el brillo de sus miradas.
A los que después de haber amado…siguen creyendo en el amor.
¡Cuánto han de deambular los recuerdos en esta memoria, antes de de encontrar su sitio! ¡Y cuanto sitio para perderse en la venganza del olvido!
Fuimos víctimas de una época donde la cordura y la razón quedaron en barbecho, y sin más raíces fuertes que la sostuvieran, aquella tierra, seca y estéril, fue arrastrada sin piedad cuando se desató la tormenta de la locura.
En los refugios del pasado, en esos destinos tan olvidados donde tan siquiera la memoria confía que pueda alcanzar; y donde se ocultan los sentimientos que por puros se hacen inconfesables a una mente tradicional y menos aún a la rancia moral que arrastrábamos, te los confío a ti papel. A sabiendas de que en ello, se me va la vida.
De esa vida que es un paso, un suspiro, un aliento, un sueño, una quimera, una esperanza, una canción, un beso; o todo a la vez, pero oculto en el silencio de una mirada, que desafiando la fría escarcha del olvido, encontrará refugio y calor en algún desamparado corazón.
Algún día cerraré los ojos para dejar de ver todo lo que llevo tatuado en mi retina, recuerdos que lastran la memoria y que ni yo ni nadie debió de ver jamás, quizás entonces, por fin, se conceda paz a mi alma.
Cuando los huesos ya no soporten las arrugas de mis recuerdos, ni la tristeza de mi piel … Cuando no me queden sueños para alcanzar, ni fuerzas para soñar… Cuando el camino de mi vida alcance al fin su destino y mi alma su descanso, al fin seré… Olvido.
Donde las Luciérnagas lloran
Aunque sólo seamos una breve y tenue luz en la oscuridad, lucharemos para que las tinieblas no puedan eclipsar jamás el deseo y la ilusión de dejarnos soñar con ser la majestuosa estela de un gran cometa. Sobre ese tiempo que lo borra todo, menos las huellas de la conciencia, he sostenido mi vida sobre cuatro pilares, la culpa, el rencor, el odio y la venganza. Porque los recuerdos son ese sendero de huellas que al desgastarse la piel, desvelan sobre la desnudez de la vida, por donde transitan una y otra vez nuestros errores. Cuando mi piel y mi voz, solo sean oscuridad y silencio, y las gruesas gotas del tiempo lluevan sin piedad sobre mi alma de papel, seré el tenue brillo con el que durante un instante una luciérnaga ilumine ese cielo en el que fui olvido.
Amenazo con seguir....
Un libro es donde la realidad y la ficción confluyen para no dejar de sorprenderse entre ellas.
Escribir es esa magia que le asegura al loco seguir creyendo que está cuerdo, y al cuerdo le hace disimular al loco que lleva dentro.